Nota: este texto fué escrito especificamente para un grupo de México pero las ideas y metodologías pueden ser aplicadaas en cualquier lugar en donde existe un bajo nivel de lectura.
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“El problema del libro no está en los millones de pobres que apenas saben leer y escribir, sino en los millones de universitarios que no quieren leer… Lo cual implica (porque la lectura hace vicio, como fumar) que nunca le han dado el golpe a la lectura: que nunca han llegado a saber lo que es leer”
Gabriel Zaid
Aprendiendo a aprender a leer
Búsqueda del caos.
Los niños de una escuela primaria leen menos de un libro al año. ¿Cómo hacen maestros y directivos para impulsar el gusto por la lectura?
Identificación de los hechos
POr desgracia existe un muy bajo nivel de lectura en Mexico. De acuerdo con las estadísticas de la UNESCO indican que solo el 2% de los mexicanos tienen el habito de la lectura, también hay estadísticas que dicen que somos los consumidores numero uno de pasquines y best sellers. En este espacio entonces al hablar de lectura me refiero a obras como novelas, cuentos, ensayo y ficción. No a best sellers ni a pasquines.
La falta de hábito entre los lectores infantiles no es un problema de niños, el problema de la falta de lectura es un problema de la población. ¿Cómo podemos fomentar la lectura en la población infantil cuando los adultos no leen? Aquí está mi plan.
Definición del problema Existen otros factores que influyen a esta situación.
a) Accesibilidad a libros. Hay niños que no leen porque simplemente no tienen acceso a la lectura. NO hay libros en sus casas, no tienen credencial ni acceso a bibliotecas y simplemente los adultos no se toman el tiempo de leerles.
b) Prejuicios. Para muchos mexicanos la lectura es considerada cosa de nerdos o maricas. Estos estereotipos son tomados y apropiados por los niños.
c) Hay muy poca y no se promueve la literatura infantil de calidad
d) La concepción mental de leer un libro es de aburrimiento y no de la apertura de nuevos mundos.
e) Dentro de la literatura infantil existente muchos de los textos son extranjeros lo que crea una discordancia entre la realidad del niño/a y la lectura.
f) La literatura infantil no debe ser sermonista. Tanto el autor como el adulto que comparte el libro deben permitir al niño/a un espacio de reflexión y evitar el consabido consejo bien intencionado. El niño entonces puede hacer preguntas, que ahí sí, serán contestadas con el mejor juicio del adulto. El niño entonces llegara a una conclusión propia y permanente.
g) concepciones e identificaciones jerárquicas de lo que es la cultura. Lo que diferentes grupos sociales/ de género/educativo hacen y no hacen.
Búsqueda de soluciones Como el problema es demasiado grande y complejo me limitare a suponer una escuela de clase media en alguna ciudad grande en un estado de la Republica Mexicana (de hecho estoy describiendo la escuela de mi sobrino). Las familias tienen suficiente dinero para poder tomar vacaciones por lo menos una vez al año y viven en colonias de clase media a clase media-superior. La problemática económica de no tener acceso a los libros no existe. Por otro lado estas mismas familias se identifican con una cultura urbana en la que son mexicanos que desean vivir como americanos; tienen un buen carro, el aprendizaje del idioma inglés es muy importante y los niños poseen televisión y posiblemente más de una computadora/ordenador en su casa. Al mismo tiempo estas familias tienden a ser fuertemente clasistas y tratan de evitar mezclarse y/o identificarse con clases socioeconómicas “debajo” de ellos.
Primer reto: como competir con otros medios
En otras palabras: como convencer a los padres de los beneficios a largo plazo de la lectura vs. la satisfacción inmediata (y solución de entretener a los niños) con un video juego. Crearía una serie de pláticas dictadas por algunas personas con autoridad en la materia. Sicólogos, educadores, médicos, sociólogos. Muchas veces he oído a las personas escuchar la ponencia para salir diciendo cosas como “suena bonito, pero esto no es Finlandia” o ¿quién tiene tiempo? Solicitaría a los ponentes que discutieran las barreras que ellos ven para lograr la lectura y que incluyan sus consejos personales.
Segundo reto. Como lograr que los padres lean.
Creando un club de lectura. Respetando la cultura local y/o conflictos de horario si es necesario crearía un club para papás y otro para mamás. Si esto último fuese necesario en un principio escogería libros con lineamientos de género específicos. Para papas Hemingway, Steinback, Vonnegut, Dostoievski, etc. Para mamas Gorki (la Madre), Plath, Wolf, etc. Ya después empezaría a dar libros menos polarizados en cuanto a género. Al finalizar el año se rifarían dos pares de entradas para teatro infantil. De esta manera los padres tienen un incentivo para ser los “ganadores” (en mi opinión todos ganan).
Tercer reto. Como lograr que los adultos lean con los niños.
Se instituiría la hora del cuento. A la hora del recreo y también para aquellos niños que esperan a sus papas durante media hora o más. Una maestra con entrenamiento en lectura y oratoria leerá todos los días media hora a los estudiantes. Los estudiantes pueden hacer preguntas y se puede usar la temática del libro para actividades manuales en los salones de clase. Se puede hacer una lista de libros infantiles que sugerir a los papás para que lean con sus hijos.
Cuarto reto. Aprendiendo la dinámica lector/escritor/lector.
Una vez por semana los niños escribirán sus propias historias las cuales ilustrarán y podrán “encuadernar”. Los niños pueden leer las historias de sus compañeritos. Al finalizar el ano los niños se llevan todas sus historias a casa.
Quinto reto. Fomentando la comprensión.
Los niños harán reportes escritos de los libros que leen. Estos reportes serán revisados pero no calificados y son obligatorios.
Sexto reto. Apertura a otras culturas.
Invitaría a titiriteros, contadores de cuentos y oradores indígenas a participar en diferentes eventos escolares.
Séptimo reto. Comunidad.
a) Todos los niños visitarían la biblioteca y recibirían su tarjeta como miembros de la misma.
b) Los padres y/o abuelos serán invitados a leer a la clase o a contar un cuento.
Logro de la aceptación Los “clientes” en este caso no son clientes directos sino clientes que dependen económica y culturalmente de sus padres. Es por esto que en mi proyecto he comenzado con la campaña hacia los padres.
Los padres deben descubrir el valor de la lectura y el que esta es una inversión a largo plazo en el desarrollo personal de sus hijos. Aunque las ponencias han resultado lo más costoso creo que bien valdría la pena en invertir en por lo menos tres de ellas al año conjuntamente con los clubes de lectura para los papas. Si estas dos fases fuesen exitosas las demás fases serian mucho más fáciles de implementar.
Yo creo que haciendo un llamado a los ideales que los padres tienen para sus hijos la idea de la lectura puede arraigarse en sus vidas. El éxito y aceptación de este proyecto también depende de la preparación de la escuela para ofrecer recursos. Si se instituyese la hora del libro es importante que la escuela, con ayuda de la biblioteca y/o con maestros dedicados puedan proveer listas adecuadas de literatura infantil. Muchos de los libros ganadores de la medalla Caldecott de literatura infantil en los EE.UU. han sido traducidos. La editorial Scholastic de los USA tiene muchos y muy buenos libros infantiles en español pero no sé si lleguen a México. Desconozco las editoriales infantiles en México pero estoy segura que debe de haber algunas.
Las soluciones a los tres últimos retos están dirigidas directamente a los niños. Me parece que muchos niños las aceptarían y conocerían de manera vivencial el trabajo de autor. Creo que se sentirían orgullosos de ser autores de parte de su propia colección.
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“El problema del libro no está en los millones de pobres que apenas saben leer y escribir, sino en los millones de universitarios que no quieren leer… Lo cual implica (porque la lectura hace vicio, como fumar) que nunca le han dado el golpe a la lectura: que nunca han llegado a saber lo que es leer”
Gabriel Zaid
Aprendiendo a aprender a leer
Búsqueda del caos.
Los niños de una escuela primaria leen menos de un libro al año. ¿Cómo hacen maestros y directivos para impulsar el gusto por la lectura?
Identificación de los hechos
POr desgracia existe un muy bajo nivel de lectura en Mexico. De acuerdo con las estadísticas de la UNESCO indican que solo el 2% de los mexicanos tienen el habito de la lectura, también hay estadísticas que dicen que somos los consumidores numero uno de pasquines y best sellers. En este espacio entonces al hablar de lectura me refiero a obras como novelas, cuentos, ensayo y ficción. No a best sellers ni a pasquines.
La falta de hábito entre los lectores infantiles no es un problema de niños, el problema de la falta de lectura es un problema de la población. ¿Cómo podemos fomentar la lectura en la población infantil cuando los adultos no leen? Aquí está mi plan.
Definición del problema Existen otros factores que influyen a esta situación.
a) Accesibilidad a libros. Hay niños que no leen porque simplemente no tienen acceso a la lectura. NO hay libros en sus casas, no tienen credencial ni acceso a bibliotecas y simplemente los adultos no se toman el tiempo de leerles.
b) Prejuicios. Para muchos mexicanos la lectura es considerada cosa de nerdos o maricas. Estos estereotipos son tomados y apropiados por los niños.
c) Hay muy poca y no se promueve la literatura infantil de calidad
d) La concepción mental de leer un libro es de aburrimiento y no de la apertura de nuevos mundos.
e) Dentro de la literatura infantil existente muchos de los textos son extranjeros lo que crea una discordancia entre la realidad del niño/a y la lectura.
f) La literatura infantil no debe ser sermonista. Tanto el autor como el adulto que comparte el libro deben permitir al niño/a un espacio de reflexión y evitar el consabido consejo bien intencionado. El niño entonces puede hacer preguntas, que ahí sí, serán contestadas con el mejor juicio del adulto. El niño entonces llegara a una conclusión propia y permanente.
g) concepciones e identificaciones jerárquicas de lo que es la cultura. Lo que diferentes grupos sociales/ de género/educativo hacen y no hacen.
Búsqueda de soluciones Como el problema es demasiado grande y complejo me limitare a suponer una escuela de clase media en alguna ciudad grande en un estado de la Republica Mexicana (de hecho estoy describiendo la escuela de mi sobrino). Las familias tienen suficiente dinero para poder tomar vacaciones por lo menos una vez al año y viven en colonias de clase media a clase media-superior. La problemática económica de no tener acceso a los libros no existe. Por otro lado estas mismas familias se identifican con una cultura urbana en la que son mexicanos que desean vivir como americanos; tienen un buen carro, el aprendizaje del idioma inglés es muy importante y los niños poseen televisión y posiblemente más de una computadora/ordenador en su casa. Al mismo tiempo estas familias tienden a ser fuertemente clasistas y tratan de evitar mezclarse y/o identificarse con clases socioeconómicas “debajo” de ellos.
Primer reto: como competir con otros medios
En otras palabras: como convencer a los padres de los beneficios a largo plazo de la lectura vs. la satisfacción inmediata (y solución de entretener a los niños) con un video juego. Crearía una serie de pláticas dictadas por algunas personas con autoridad en la materia. Sicólogos, educadores, médicos, sociólogos. Muchas veces he oído a las personas escuchar la ponencia para salir diciendo cosas como “suena bonito, pero esto no es Finlandia” o ¿quién tiene tiempo? Solicitaría a los ponentes que discutieran las barreras que ellos ven para lograr la lectura y que incluyan sus consejos personales.
Segundo reto. Como lograr que los padres lean.
Creando un club de lectura. Respetando la cultura local y/o conflictos de horario si es necesario crearía un club para papás y otro para mamás. Si esto último fuese necesario en un principio escogería libros con lineamientos de género específicos. Para papas Hemingway, Steinback, Vonnegut, Dostoievski, etc. Para mamas Gorki (la Madre), Plath, Wolf, etc. Ya después empezaría a dar libros menos polarizados en cuanto a género. Al finalizar el año se rifarían dos pares de entradas para teatro infantil. De esta manera los padres tienen un incentivo para ser los “ganadores” (en mi opinión todos ganan).
Tercer reto. Como lograr que los adultos lean con los niños.
Se instituiría la hora del cuento. A la hora del recreo y también para aquellos niños que esperan a sus papas durante media hora o más. Una maestra con entrenamiento en lectura y oratoria leerá todos los días media hora a los estudiantes. Los estudiantes pueden hacer preguntas y se puede usar la temática del libro para actividades manuales en los salones de clase. Se puede hacer una lista de libros infantiles que sugerir a los papás para que lean con sus hijos.
Cuarto reto. Aprendiendo la dinámica lector/escritor/lector.
Una vez por semana los niños escribirán sus propias historias las cuales ilustrarán y podrán “encuadernar”. Los niños pueden leer las historias de sus compañeritos. Al finalizar el ano los niños se llevan todas sus historias a casa.
Quinto reto. Fomentando la comprensión.
Los niños harán reportes escritos de los libros que leen. Estos reportes serán revisados pero no calificados y son obligatorios.
Sexto reto. Apertura a otras culturas.
Invitaría a titiriteros, contadores de cuentos y oradores indígenas a participar en diferentes eventos escolares.
Séptimo reto. Comunidad.
a) Todos los niños visitarían la biblioteca y recibirían su tarjeta como miembros de la misma.
b) Los padres y/o abuelos serán invitados a leer a la clase o a contar un cuento.
Logro de la aceptación Los “clientes” en este caso no son clientes directos sino clientes que dependen económica y culturalmente de sus padres. Es por esto que en mi proyecto he comenzado con la campaña hacia los padres.
Los padres deben descubrir el valor de la lectura y el que esta es una inversión a largo plazo en el desarrollo personal de sus hijos. Aunque las ponencias han resultado lo más costoso creo que bien valdría la pena en invertir en por lo menos tres de ellas al año conjuntamente con los clubes de lectura para los papas. Si estas dos fases fuesen exitosas las demás fases serian mucho más fáciles de implementar.
Yo creo que haciendo un llamado a los ideales que los padres tienen para sus hijos la idea de la lectura puede arraigarse en sus vidas. El éxito y aceptación de este proyecto también depende de la preparación de la escuela para ofrecer recursos. Si se instituyese la hora del libro es importante que la escuela, con ayuda de la biblioteca y/o con maestros dedicados puedan proveer listas adecuadas de literatura infantil. Muchos de los libros ganadores de la medalla Caldecott de literatura infantil en los EE.UU. han sido traducidos. La editorial Scholastic de los USA tiene muchos y muy buenos libros infantiles en español pero no sé si lleguen a México. Desconozco las editoriales infantiles en México pero estoy segura que debe de haber algunas.
Las soluciones a los tres últimos retos están dirigidas directamente a los niños. Me parece que muchos niños las aceptarían y conocerían de manera vivencial el trabajo de autor. Creo que se sentirían orgullosos de ser autores de parte de su propia colección.